Un mes antes de mi derrame cerebral, mi cuerpo empezó a advertirme. Estos fueron los primeros síntomas.
Corremos a todas partes: trabajo, familia, obligaciones… ya menudo dejamos nuestra salud en suspenso. Pero nuestro cuerpo intenta anunciarnos mucho antes de que la situación empeore. A veces sutilmente. A veces de forma más directa. Hasta que llega el día en que ya no podemos ignorar las señales.