Un método natural que favorece el flujo sanguíneo.
Solo necesitas agua caliente, sal gruesa y unas gotas de aceite esencial de tu preferencia, como romero o eucalipto. Coloca estos ingredientes en un recipiente y sumerge tus pies durante 20 minutos, mientras realizas suaves movimientos circulares con los tobillos y dedos.
Este baño estimula la circulación gracias al efecto del calor, mientras que la sal y los aceites esenciales contribuyen a reducir la inflamación y reactivar el sistema venoso. Beneficios que puedes notar rápidamente:
- Menor sensación de pesadez en las extremidades.
- Mejora en la circulación periférica
- Relajación corporal y mental
- Facilita un descanso más profundo.
- Una práctica fácil de incorporarRepite este baño entre tres y cuatro veces por semana para notar cambios significativos. Si lo acompañas con una rutina saludable que incluye ejercicio moderado, buena alimentación y suficiente agua, tu sistema circulatorio te lo agradecerá. A veces no hacen falta grandes soluciones: lo simple y natural también puede ser muy poderoso.