El desarrollo del marcapasos más pequeño del mundo.

Recientemente, un grupo de científicos ha logrado un avance extraordinario: la creación del marcapasos más pequeño del mundo , incluso más diminuto que un grano de arroz. Este regulador temporal del ritmo cardíaco no requiere cirugía compleja para su colocación, ya que se inyecta en el paciente mediante un procedimiento mínimamente invasivo. Lo sorprendente es que este dispositivo es controlado mediante señales luminosas y, una vez cumplida su función, se disuelve completamente dentro del cuerpo , sin necesidad de extracción quirúrgica.

Actualmente, esta innovadora tecnología aún se encuentra en fases iniciales y está a varios años de comenzar pruebas en seres humanos. Sin embargo, los expertos la califican como una tecnología transformadora , capaz de abrir las puertas a avances médicos significativos en un futuro cercano.

Hoy en día, millones de personas en todo el mundo dependen de marcaspasos permanentes para poder llevar una vida normal. La motivación detrás de la creación de esta nueva versión temporal y biodegradable radica en la necesidad de soluciones menos invasivas, seguras y adaptables a diferentes situaciones médicas.


Breve historia del marcapasos

El concepto de estimular eléctricamente el corazón tiene más de un siglo de historia. A finales del siglo XIX, los médicos ya habían comenzado a experimentar con electricidad para revivir corazones que se detenían. Sin embargo, los primeros dispositivos eran demasiado grandes y rudimentarios.

En 1958, el ingeniero Rune Elmqvist y el cirujano Åke Senning realizaron el primer implante exitoso de un marcapasos completamente implantable en Suecia. Aunque aquel dispositivo tenía limitaciones y su batería duraba apenas horas o días, abrió un camino que cambiaría la medicina cardiovascular para siempre.

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