Primero, es importante entender que la fibromialgia puede manifestarse de diversas formas. Los síntomas incluyen no solo dolores crónicos y sensibilidad en varios puntos del cuerpo, sino también problemas de memoria, insomnio y fatiga intensa. Esta variedad de síntomas puede hacer que el diagnóstico y tratamiento sean complicados y frustrantes tanto para el paciente como para los profesionales de la salud.
Los puntos sensibles suelen encontrarse en las articulaciones, los músculos y los tejidos blandos, que se sienten adoloridos al tacto. Además, muchas personas con fibromialgia también padecen afecciones como el síndrome del intestino irritable o la ansiedad, lo que complica aún más su situación. Comprender esta complejidad es esencial para abordar la enfermedad correctamente.