Todo iba bien hasta que llegó Gerard , supuestamente benévolo. En realidad, quería recuperar a los gatos… por las razones equivocadas. Gracias a la investigación y mucha vigilancia, logramos mantenernos alejados.
Por suerte, el destino la protegía. Una semana después, a Josiane , una maestra jubilada, se le ocurrió una idea alocada y generosa: quería albergar a todos los gatos en un verdadero santuario, en su terreno, en plena naturaleza.
Y ella lo hizo.