¿Qué opción elegir?
La respuesta depende de tus objetivos personales y estilo de vida. Si intentas bajar de peso, reducir el colesterol o limitar el consumo de grasas, los huevos duros son una mejor opción: son ligeros, fáciles de digerir y proporcionan energía duradera.
Si buscas sabor, textura y variedad, los huevos fritos pueden ser más atractivos. Simplemente cocínalos bajos en grasa y sírvelos con ingredientes saludables como tostadas integrales, aguacate o verduras al vapor. Para obtener mejores resultados, puedes variar: desayuna huevos duros entre
semana y date el gusto de comer un huevo frito de vez en cuando cuando te sientas un poco más atrevido.