La historia de Santiago y Valeria muestra cómo el poder de una pequeña decisión puede cambiar por completa la vida de otros. Cuando Santiago eligió no tomar lo que no era suyo, no sabía que abriría la puerta a una nueva vida. Cuando Valeria confió en un niño desconocido, no imaginó que el amor perdido renacería. De dos mundos opuestos se encontraron, no por sangre ni nombres, sino por corazones heridos que se buscaron y sanaron mutuamente.