Minutos Antes De Su Ejecución Pidió Algo… Un Ladrido Lo Cambió Todo…

Al terminar la ceremonia, Sara paseó con Max por los terrenos del santuario. Docenas de perros rescatados jugaban en los patios, muchos de ellos buscando un nuevo hogar con familias cariñosas. “¿Sabes qué, Max?”, dijo Sara arrodillándose para abrazar a su fiel compañero. Creo que hemos hecho algo bueno con nuestra segunda oportunidad. Max movió la cola y le lamió la cara, igual que había hecho durante los momentos más oscuros en la sala de visitas de la prisión. El sol se ponía sobre el santuario mientras Sara y Max se dirigían juntos a casa dos supervivientes, que habían demostrado que el amor y la verdad son más fuertes que cualquier mentira o conspiración.

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