Por supuesto, al ver esto, el hombre se enfureció. Lo acusaban de egoísta cuando simplemente había olvidado su cartera. ¿Cómo podía su pareja haberlos dejado a él y a sus hijos en una situación tan terrible?
La mujer ya tenía dos trabajos y se negaba a gastar todo su dinero en restaurantes. Le parecía injusto ser siempre la única que pagaba, sin que su pareja aportara nada. Su pareja no lo veía así, y con su reacción, ella solo había dañado su relación y la confianza mutua.