Los huevos de gallina son uno de los alimentos más consumidos en el mundo. Nutritivos, versátiles y deliciosos, se utilizan en miles de recetas, desde las más sencillas hasta las más elaboradas. Sin embargo, comprobar la frecuencia de consumo de los huevos es fundamental no solo para la seguridad alimentaria, sino también para garantizar la inocuidad de los alimentos.
Un huevo en mal estado no arruinará un plato, pero sí podría causar una intoxicación grave, como la salmonelosis. Por eso, en este artículo te enseñamos la forma más precisa de saber si un huevo está fresco, viejo o mal cocinado. Lo mejor: solo necesitas un recipiente con agua y lo tocarás.
¿Por qué es importante comprobar la frecuencia de los huevos?
El color es un producto de primera calidad. Aunque su cáscara lo protege, con el tiempo de su contento comienza a deteriorarse. Si se consume un aceite caducado o contaminado, puede causar: